jueves, 2 de febrero de 2012

Y... ¿Será suficiente con esto?

Esta será mi última entrada, y al contrario que la mayoría de mis compañeros no recurro a una despedida como título ni nada parecido, solo me pregunto si el contenido de las entradas que he ido publicando estos últimos días será el suficiente para ver un aprobado en la nota de Didáctica de la Educación Social. Porque sí en efecto reconozco que no pensaba cuando conocí la asignatura que este fuera uno de mis párrafos en la última entrada de este blog. Pero bueno, esto demuestra cierta evolución, un cambio de parecer que se debe a circunstancias que no había contemplado al principio de curso y cuando pretendía hacer mínimo una entrada cada dos semanas. Ahora lo que tengo para que se me evalúe son siete y en las que he intentado meter todo el contenido que hemos en la asignatura de una manera u otra y eso sí como si el contenido fuera un calcetín y lo quisieras meter en una cajita de clips, algo así.


Como esta es mi última entrada lo dedicaré principalmente a hablar y a evaluar aquello que más me ha aportado durante los cuatro meses, el modelo sociocrítico de enseñanza. En primer lugar porque era bastante desconocido para mí, nunca lo había sufrido en mis carnes, ni siquiera era capaz de identificarlo en ningún caso y por eso sentía curiosidad - que ayuda mucho a retener conocimientos-. Y a parte de eso porque al conocer los elemento curriculares del modelo me di cuenta de que nuestra profesora de la asignatura de Didáctica se basaba en el modelo para dar sus clases, ahora voy a explicar en el siguiente párrafo como me di cuenta de eso, y así que me acusación este argumentada:

Por como hablaba del modelo, el tona, se le notaba cierta preferencia, y siendo didacta es lógico que por un modelo didáctico por el que sientes preferencia lo utilices tú. Por los recursos que utilizaba en las clases, material que atendía con mayor o menor retardo a las necesidades e inquietudes de los alumnos de la clase o de la sociedad. Por el tipo de evaluación, en la que desechaba el típico examen a final del cuatrimestre y apostaba por una evaluación continua de verdad por la que podíamos conocer nuestro evolución, además por este tipo de evaluación somos nosotros (los discentes) los que tenemos la libertad con la que decidimos cuando mostrar lo aprendido. Por el interés y la capacidad que demostraba para cambiar la planificación de un clase atendiendo siempre a las necesidades, que son las que en ese momento forman parte del contenido de la asignatura. Porque la profesora nos hacía cuestionarnos todo lo que concebimos como 'verdad' indiscutible o absoluta para sacar nuestra propia verdad. "No existen verdades absolutas, todo es relativo", esta afirmación también la extraemos, implícitamente del fragmento de la película Lugares comunes, que vimos en las primeras semanas de clase sin saber que el modelo propio del profesor también era sociocrítico, ya que podía confundirnos la metodología del profesor de literatura, aunque el espíritu del discurso es sociocrítico, por tanto su modo de enseñanza en sociocrítico, lo mismo ocurre con nuestra profesora, aunque introdujera en algunas clases elementos curriculares más propios de otro modelo siempre era fiel al modelo sociocrítico.


Lo que he vivido en las clases de Didáctica de la concepción sociocrítica en la enseñanza me permite cuestionar también algunas cosas del modelo; a partir de la afirmación "no existen verdades absolutas, todo es relativo" que me invitó a reflexionar, pude sacar la conclusión de que esa afirmación va en contra de lo que ella misma defiende, ya que no hay nada menos relativo y menos absoluto que enunciar algo así, negar la existencia de verdades absolutas es algo absoluto. Algo relativo, en todo caso sería decir que puede que existan verdades absolutas o puede que no, si no caeríamos en el escepticismo metódico, más que una duda metódica con ánimo de construir algo que sea difícil de derribar. Encontrar algo universal que vale para todo el mundo, sí que sería verdaderamente haber despertado el dolor de la lucidez, que la razón (por muy brillante que sea) no alcance a entender la fe, o que se sepa que algo es de un manera inmutable y que no podamos descubrir.

Una de las frases literarias que más me gustan es aquella que sale en el libro de El principito, se la dice el zorro al principito: "lo esencial es invisible a los ojos". También he escuchado muchas interpretaciones de esta frase (apoyaría la tesis de que todo es relativo), desde puntos de vista anarquistas, hasta cristianos. Lo que sí puedo afirmar es que por muy relativista o escéptico que pudiera ser el autor del libro, el pensaba en una idea, no estrictamente inamovible seguramente, pero si cercana a ello. Por lo que en la mayoría de los casos no son malas las verdades absolutas, sino que puede ser también que nosotros en buscando nuestro propio interés nos valgamos de el argumento infundado de que todo es relativo, para ignorar lo que puede ser verdad y nos perjudique. En mi análisis propio de la frase diría que va al fondo de que el hecho de que no podamos observar (por los cinco sentidos por más que indaguemos) no quiere decir que no exista, no sé si un anarquista o un cristiano estarían de acuerdo en esto, pero sí que pienso que debe ir por ahí.

Adios -dijo el zorro-. He aquí mi secreto, que no puede ser
más simple: Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo
esencial es invisible para los ojos.
Algo que para mí resultó inquietante desde que empezamos la asignatura, era que alguien me estaría enseñando cómo se enseña, eso me descolocaba, porque en todo momento lo que aprendía debía comprobarlo con ella, para comprobar si lo aplicaba y precisamente así fue como di con el modelo que predominaba en sus clases. Por lo tanto una fuente de aprendizaje para mí se puede decir que ha sido en gran medida la observación de la didáctica de las clases de Didáctica, lo que se podría decir que me fijaba más en algunas ocasiones en la forma que en el contenido.

También hemos tocado el modelo sociocrítico visto desde fuera en las clases, como por ejemplo en la ponencia de José Gimeno Sacristán, defensor del modelo. Del discurso lo que más destaco es el símil que hizo entre un profesor y un médico; al igual que un médico tiene que mirar por la necesidad del paciente, e profesor debe hacerlo por sus alumnos, y por otra parte a un médico a un médico se le puede castigar por negligencias con los pacientes, pero a un profesor no por irregularidades didácticas. Otra cosa que me llamó la atención fue cuando contó que un profesor convierte un rol pasivo en activo, es decir, como le han enseñado, él enseña, por inercia, sin pararse a pensar en lo que es mejor para el alumnado; esto pone de manifiesto que es difícil enseñar, que es costos, pero precisamente por esta razón es importante que guste enseñar, porque un profesor se verá con muchas dificultades. Y el amor a la enseñanza hace más fácil superarlo. En este tema insistía Gimeno Sacristán en que si existe defecto vocacional en esto se debe acudir a la responsabilidad profesional. Ya que la educación es un compromiso con la sociedad.


Mi aportación a la ponencia de Sacristán es la siguiente: en la sociedad no existe conciencia de que la educación sea algo tan importante, y esto ocurre porque la gente se cree que existe un límite para aprender, se cree que a partir de una edad ya no se aprenderá nada nuevo en ciertos aspectos. Y por otra parte está en que a la educación primaria se le subestima, a ella y a los maestros, y que la mayoría de los profesores de la E.S.O no entraron en sus carreras pensando en que iban a dar clases, y una vez que inician su labor como docentes se les hace difícil transmitir el interés por la asignatura, ya que a veces ni ellos mismos lo tienen. Para finalizar mi comentario sobre las palabras de Sacristán, he decir que los comentarios antiderechistas que hizo benefician en poco a la imagen del modelo didáctico que él defiende, ya que favorece a la estereotipación.

Por último he de agradecer a los lectores del blog su tiempo, y pedirles disculpas por haber me dormido y haberme puesto las pilas al final, me gustaría haber contado mucho más, pero no he podido. Para mí aunque haya sido más al final, me ha ayudado mucho, sobre todo a ejercitar mi capacidad de síntesis y descubrir mi capacidad para seleccionar la información que metería en cada entrada, intentando que no se quedará nada de lo dado en clase fuera. No sé si tendré la ocasión para recompensarles, espero que si a alguien le empezó gustando la primera entrada no se haya sentido defraudado con las demás. Un saludo a todos. ¡Sed felices!

miércoles, 1 de febrero de 2012

Tirando de ironía y metáfora

Todos sabemos que el ser humano, las personas, no somos un animal más, ¿por qué?, obviaré esa respuesta, antropólogos, biólogos, filósofos y teólogos tendrán cada uno una respuesta diferente, posiblemente desde un punto de vista diferente también.

Aunque lo que voy a introducir ahora no está muy enlazado con lo que he dicho en el párrafo anterior, si que aporta un ladrillo más en la construcción de la respuesta al "¿por qué?". Algo propio del ser humano más que de ningún otro animal es la debilidad física, lo demostramos desde el principio, dependemos de otros de nuestra misma especie para poder sobrevivir aunque sea un par de días en el momento de nuestro nacimiento. En ese momento, el mundo es un lugar demasiado peligroso para nosotros, hasta ahí nadie puede negar que sea mala toda ayuda y cuidados que nos puedan dar. Ocho años más creo que tampoco dudaría mucha gente de la necesidad de cuidados. ¡Ah!, perdón, claro, ¡la esclavitud!, que somos esclavos de nuestra cultura, es verdad, lo había olvidado, ¡qué tonto soy!, tanta Antropología Social y Cultural para nada. Lo explico: a los ocho años ya sabemos hablar un idioma propio de nuestra cultura y no de otra, hasta ahí hemos sufrido una gran manipulación. Tenemos unas creencias transmitidas por nuestro ambiente y sociedad, y hablamos una lengua (con un acento característico) y no otra. 

Según muchos autores de los que he estudiado este primer cuatrimestre,
éste en un ser que está predeterminado a pensar de una manera, no por
su influencia genética, sino por su ambiente, cultura y sociedad.
Entonces digo yo, la solución para no contaminar a nuestros hijos por nuestra cultura, ¿cual es?, aprender nosotros los miles de lenguas que existen en el mundo y enseñarle todas y que el elija, ¿no? O recorrer las distintas sociedades y que el vaya descubriendo a cual quiere pertenecer también, ¿no?. O quizá realizar una tesis doctoral de ideologías políticas universales para mostrárselo, o ¿por qué no? hacer que soy agnóstico, ateo, y que creo que unos pocos de dioses y después les mando a un colegio de curas o monjas para que conozcan otra religión más, así por mi parte conocerán el agnosticismos, ateísmo y politeísmo, y por otra parte el cristianismo, ¡ah!, pero es que aquí hay otro fallo, en el Colegio les manipulan, entonces les cegarían con una única religión verdadera. Y por supuesto, ¿las demás religiones monoteístas no existen?

Perdonad el 'popurrí' de preguntas e hipótesis que os he ido poniendo. Pero, he escuchado tantas ideas durante este curso, que llevarían a esta única solución (plagada de ironía por mi parte) que de alguna manera debía mostrároslo. Además, así aprovecho para explicaros la importancia de un modelo de enseñanza aprendizaje que recibimos (y casi con total seguridad, muchos demos algún día) durante los primeros años de nuestra vida (en algunos casos se alarga más), en todos los contextos posibles, hablo del conductismo. Y bueno ya pongo los posible ejemplos que se me vienen en los diferentes contextos: en el ámbito formal, en la etapa de Educación Infantil (más comúnmente), incluso en E.P. o E.S.O. en las que el profesor motiva el aprendizaje de los alumnos mediante la estrategia estímulo-respuesta (los alumnos saben que actuando de una manera u otra tendrán una reacción positiva o negativa por parte de docente); en el ámbito no formal, en una sesión de entrenamiento de una disciplina el entrenador castigará o premiará (con ausencia de castigo normalmente) a los deportistas si en un ejercicio alcanzan o no los objetivos; y en el ámbito informal, a este es al que iba a parar desde el principio de esta entrada, de como necesitamos de alguien que guíe nuestro comportamiento, nuestro aprendizaje, porque si no tuviéramos a nuestros padres que hasta que consiguiéramos concienciarnos de algo importante no paraban, muchos no hubiéramos adquirido estas actitudes y aptitudes que ahora nos hacen descubrir por nosotros mismos ideas, teorías, sentimientos por nosotros mismos.

Porque todos sabemos que la vida no es color de rosa, y muchos dicen que hay que estar preparado para lo peor. Mejor que te hagan consciente de los peligros (aunque sea desde la subjetividad) que tengas que enfrentarte tu a ellos desde que tienes tres años con capacidad para andar y hablar. Porque entonces podríamos decir que a un ciego a quien le guía una persona, tampoco es plenamente libre, y por hacer alarde de liberal tapamos el mérito de la labor de guía que realiza el que conduce, siempre que se haga con buena intención, por supuesto.


En el conductismo ocurre, como en cualquier otro modelo que podamos utilizar, estará bien utilizado siempre y cuando se persigan unos objetivos (más importancia tienen los objetivos en este modelo que en ningún otro) que ayuden al individuo en su desarrollo como persona y vayan acompañados de unos medios que no superen la barrera de lo ético, medios como el respetar las diferencias entre los destinatarios, que el docente no haga uso abusivo del control que ejerce sobre los discentes y que el método de estímulo-respuesta que utilice no vaya contra la dignidad de la persona.

Vuelvo a lo de los objetivos, y es que este elemento curricular en mi opinión es lo que mueve el resto de currículum. Ya que un objetivo se puede alcanzar por muchos caminos, pero hay objetivos que marcan directamente una forma de conseguirlo, y reitero siempre y cuando el objetivo a conseguir sea apropiado para la persona, podemos decidir que modelo o modelo puede predominar en nuestro currículo como docentes, dependiendo siempre también del contenido que se quiere hacer conocer a los destinatarios y por supuesto contando con el grupo destinatario. El resto, coser y cantar, sin perder de vista lo más importante a la hora de empezar a planificar: ser coherentes. Que no nos encontremos con unos objetivos que no hayan atendido a las necesidades reales de los discentes o que utilicemos una metodología que no se adecue a los objetivos (y así decenas de combinaciones), si no, ¿qué tipo de Educadores Sociales seríamos?

Nunca dejamos de ser lazarillos porque en el momento en el que marcamos un objetivo es con el fin de ayudar que la persona supere el obstáculo que le cuesta o no sabe que puede superar, o en el momento que hemos dado un orden a la solución de necesidades, o eligiendo un vídeo y no otro y otra clase. Guiamos a ciegos, nos guste entenderlo así o no. Bueno, corrijo, de acuerdo con lo aprendido en sociología tendría que afirmar lo siguiente: guiamos a personas videntes en una sociedad de ciegos.